
En su primer proyecto realizado fuera de Cuba, Prieto convierte el espacio en una biblioteca atípica, con unos 6000 libros en distintos formatos y tamaños, donde la ausencia absoluta de la palabra escrita pretende captar la experiencia sensorial del espectador y a su vez plantear una reflexión sobre la carencia y el conocimiento.
NoguerasBlanchard presenta la primera exposición individual en España de Wilfredo Prieto (Sancti-Spiritus, Cuba, 1978). En su primer proyecto realizado fuera de Cuba, Prieto convierte el espacio en una biblioteca atípica, con unos 6000 libros en distintos formatos y tamaños, donde la ausencia absoluta de la palabra escrita pretende captar la experiencia sensorial del espectador y a su vez plantear una reflexión sobre la carencia y el conocimiento.
Prieto juega con las expectativas del público y crea un inesperado instante de sorpresa cuando al entrar en el espacio éste se encuentra con libros en blanco. La sensación de extrañamiento queda acentuada por el uso de materiales como la madera de los estantes o las mesas de estudio ya que recrean el ambiente acogedor y familiar de las bibliotecas tradicionales.
Calificado como un “minimalista perverso” por Gerardo Mosquera, comisario del New Museum en Nueva York, Prieto pretende aquí articular contenidos a partir de la reducción precisamente de esos contenidos. En la biblioteca blanca el artista crea un espacio donde se plantean conceptos que van más allá de una sátira a la paradoja de la educación en un contexto de censura y carencia contemporanea y revela un contrapunto entre esencia y apariencia, engendrando contraposiciones entre la forma y el contenido, el lleno y el vacio, el decir y no decir.
Tradicionalmente, las bibliotecas han simbolizado el conocimiento y la sabiduría; han sido lugares donde solo los elegidos han podido acceder a la cultura guardada celosamente en los libros de sus estantes; espacios semi-mágicos en los que se encontraban las claves para entender el universo. Wilfredo Prieto se acerca a los discursos expresados por Jorge Luis Borges o Umberto Eco en la recreación de ese universo del que parte la experiencia vital, ya sea ésta introspectiva o no.