Un encuentro improbable

Wilfredo Prieto, Robert Filliou

Madrid
jun. 12 - jul. 24, 2021
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WP: Sabes, me muero de ganas de irme a Japón una temporada a estudiar jardinería tradicional, porque siempre me ha gustado el concepto de que a algo natural, a una planta en desarrollo, tú le das una serie de cortes muy inteligentes que ayudan a cambiar su crecimiento y ayudan a que su desarrollo natural sea mejor. O sea un movimiento artificial hace que su desarrollo natural sea mucho más cómodo, y así sea más esplendorosa. Esto, me parece una explicación muy buena de cuando tu estás utilizando la realidad, cuando tu estás comunicando algo en la realidad con el arte, el cómo estas modificando algo que entonces está ayudando a una comunicación mucho más efectiva- un simple clic, un simple movimiento.

RF: … y no olvidemos que ambos tenemos un gran sentido del humor. En el fondo creo que soy un genio sin talento, y si te explico a qué me refiero con genio, comprenderás mi punto de vista. Simplemente creo que hombres y mujeres son genios, pero la mayoría de la gente lo olvida (están demasiado ocupados explotando sus talentos).

WP: Hay muchísimos matices, pero todos van en la misma dirección. Por ejemplo, hoy en día un artista tiene éxito si vende. Esto es una sentencia completamente injusta, pero se entiende como una lógica normal.

RF: Yo he deambulado por las calles de la ciudad, y en tiendas, galerías y museos, vendiendo pequeñas obras de arte (si mal no recuerdo, se vendían a 5 francos cada una, o podían cambiarse por una bebida).

WP: Ahora ya no devuelves lo que te han prestado sino que continuas compartiéndolo; te pasa imágenes, archivos; me quedo en tu casa a vivir sin conocerte de nada y alguien va a la mía en La Habana y encima hasta deja una nota y riega las plantas. Hay otra idea del compartir, de entender de quién es qué. Y esto lo podemos poner en relación con la obra. Me resulta interesante la idea del qué me pertenece y el qué no me pertenece, convirtiéndome en una especie de selector de una nube ahí arriba donde se encuentran todas las ideas, todas las preocupaciones de todo el mundo, y yo como artista lo único que hago es señalizar y focalizar. Pero ese poder lo puede tener cualquiera.

RF: Conoces esta cita de Shakespeare: ” No existe nada bueno ni malo; es el pensamiento humano el que lo hace así”. Lo digo de esta manera: no existe nada bueno ni malo, es solo por la combinación que se hace así.

WP: Claro, claro. El problema es el diseño de cómo se entiende el arte, el diseño que hace el mercado, el diseño que hace la institución, la educación, bla, bla, bla. Pero realmente, cuando estás comunicando, cuando estás claramente reflejando tu realidad, tu realidad son objetos: estás lleno de objetos, de acciones que están sucediendo, movimientos, significados que están alrededor de ti. Entonces eso es para mí el material de trabajo.

RF: Para mí, en general, es el material el que me da la idea y no la idea lo que me da el material. La mayoría de las veces comienzo con lo que me rodea, y es al usarlo cuando tal vez surge un concepto. En el caso de los ladrillos… lo que me gusta de los ladrillos es el color ocre, sobre todo me gustan los refractarios, me gustan los ladrillos, y el contraste entre el peso del ladrillo y la ligereza del espíritu, es algo que me interesa. Comenzó a partir de ahí.

WP: Se trata de meternos en esa estructura del lenguaje desde hoy, y de todas las posibilidades de interpretación que se abren desde el arte, donde el arte se convierte en laboratorio de posibilidades. La metáfora se cierra al máximo para abrirse en su mayor potencialidad.

RF: Hace unos años, a finales de los 50 y los 60, cuando me preguntaron qué estaba haciendo -casi nadie estaba interesado en lo que estábamos haciendo en ese momento- solía decir “Oh, no tengo prisa, estoy trabajando porque quizás en el año 2000 algunas de estas ideas, conceptos en los que estamos trabajando ahora, podrían ser útiles “. Pero ahora he empezado a decir “me considero trabajando para el año 3000”.

WP: Parece que estamos en el mismo lugar, pero esto imagina verlo en distancia, en cien años, donde vamos a ver qué gran diferencia hay entre los artistas.

Me gusta mucho la idea del vacío, pero no solo del vacío físico o de la cuestión del espacio, sino también del tiempo como una especie de paréntesis temporal donde haces una conexión con la historia.

El árbol crece hacia arriba y hacia abajo.

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Instalación

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Roberto Ruiz

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Roberto Ruiz

Obras

Robert Filliou
Le Jeu de vie. [O! Le Jeu de Vi(d)e]

1984.

Impresión offset

56 x 42 cm

Wilfredo Prieto
Radio and brick

2015

Sonido, ladrillo y radio

12.7 x 15.7 x 23.7 cm

Robert Filliou
Drunken Horse

1972/1975

Caja de cartón en dos partes: collage, dibujo de tiza y texto en la base interior; dibujo a lápiz y texto en papel de calco en la tapa interior

80 x 97.5 x 15 cm

Robert Filliou
Optimistic Box #3

1969

Caja de madera con dos etiquetas impresas

6.5 x 12 x 2.8 cm

Wilfredo Prieto
Revoluçâo dos Cravos (1974)

2012

Pieza de puzle

16 x 16 cm

Robert Filliou
Write Poems

1975

Caja de cartón, lápiz de mina, pastel y tinta sobre papel, grapas

27.2 x 34.5 x 5.2 cm

Wilfredo Prieto
The round ball comes in a square box

2011

Pelota, caja

34 x 25 x 25 cm

Robert Filliou
Optimistic Box #1

1968

Caja de madera con dos etiquetas impresas, que contiene piedra

11 x 11 x 10.5 cm

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