Long live the old flesh
Joseph Grigely, Andrea Gómez, Fernando Baños Fidalgo, Ivana Basic, Juliana Góngora, Nicoline van Harskamp, Teresa Solar Abboud
Barcelonamay. 19 - jul. 29, 2016

Esta exposición es el resultado de la quinta edición del Curatorial Open Call que organiza NoguerasBlanchard.
Videodrome (1983) de David Cronenberg es probablemente una de las obras más icónicas del cyberpunk ochentero más lo-fi. Se podría incluso decir que la famosa frase del final, resume de forma brillante cómo la lógica del vídeo estaba penetrando ya el ámbito doméstico y dejando atrás las mentes preclaras de gente como Paik. Nuestra actual cultura de la imagen, el nacimiento del reality show y el crecimiento exponencial de los estudios visuales, todos ellos le deben algo a ese “¡larga vida a la nueva carne!” que grita el protagonista Max Renn, justo antes de pegarse un tiro y de reafirmar así la nueva trascendencia de lo visual. Desde entonces hemos tratado de reconciliarnos con esa pulsión de muerte desatada; tratando de entender esa imagen digital palpitante, erótica, electrónica, más poderosa si cabe que su predecesora mecánica. Gracias a ello, puede que hoy nos relacionemos con las imágenes de una forma tanto más higiénica a cómo sugerían las prótesis gore de Cronenberg, pero esto no ha mermado en forma alguna su poder orgiástico. Al contrario, en el proceso de adquisición de esa nueva carne de la mirada hemos desarrollado un gusto perverso por nuevas extremidades fantasma, órganos inmateriales y presencias inmediatas, deformando así ese pedazo de carne precisamente cancelado por el sacrificio de Renn: el cuerpo. Y es que cuanto más nos adentramos en la utopía de lo visual más sentimos que la carne de nuestro hoy profundo es también una vieja desconocida. Carne que responde a la antigua tradición mágica de la “palabra de mando”, tejida con código y entreverada de señas alfanuméricas. El hecho cierto es que en la era de la red social y de la hipervisualidad compartida nos estamos convirtiendo en más texto y en más palabra que nunca: no ya dándole carne a la palabra, sino siendo engullidos por ésta; por su espacio textual. No como en el documento escrito, elevando el pasado al presente, sino en “tiempo real”. Los estudios textuales siempre han estado atentos a las fluctuaciones del significante lingüístico. Sin embargo su enfoque ya no es necesariamente semiótico o hermenéutico sino material, concentrándose en las alteraciones del documento, la carta, el libro, en las implicaciones sociales y performativas de sus ediciones y revisiones. Algo que en los últimos años, con el advenimiento del texto digital, ha visto ampliada esa carne del texto a algo que va más allá de la mera fisicidad — como diría Ronald Scheifer, a una suerte de “materialismo intangible”. En este sentido, el email puede no diferir demasiado de la vieja carta, pero junto a la mensajería instantánea y las redes sociales redefinen sin duda nuestra noción de presencia textual. Y lo hacen hasta el punto de substituir gestos tan corporales, tan orales, como lo eran el saludo o el abrazo.
Después de todo, puede que no estemos atados a una pistola, como lo estaba Renn, pero sin duda estamos unidos al teclado omnipresente; encarnados también por nuestras prótesis textuales.
“Larga vida a la vieja carne” reúne una selección de trabajos que exploran “la lengua” como un músculo de la boca en lugar de como una expresión idiomática de la cultura: una quinta extremidad que gesticula en la oscuridad, modelando el aire, humedeciendo el habla, saboreando quizás el sentido de las piedras. Mediante distintas interpretaciones de lo inefable, materialidades bucales y volúmenes sordos, los autores expuestos nos invitan a sentir cómo de asémicos pueden llegar a ser los viejos tejidos del texto. Una materia oscura, sólida pero flexible, que se pregunta qué es lo que nos da la carne hoy.
Carlos Fernández-Pello
Agradecemos a la galeria Air de Paris por su colaboración, y a los artistas participantes por el entusiasmo demostrado hacia este proyecto.
Esta exposición es el resultado de la quinta edición del Curatorial Open Call que organiza NoguerasBlanchard.